martes, 27 de noviembre de 2012

Ilusión residual

Otra vez el temido agujero abre sus fauces.
El vacío escapa, atado a mi alma.
Sella mis ojos, humedece mis cartas.
Sus garras rasgan mi piel. Uña sin carne, carne sin miel.
El dolor besa mis heridas, sabe que arderá más,
a su lengua sádica le fascina verme suspirar.
Labios carmesí, éxtasis inocuo.
Palabras que muerden, susurros que matan.

Ella desconoce lo que me desvela.
Sólo vive, ajena a mi pasión.
Sus ojos parpadean.
Su corazón late.
Sus labios aman.
Nada nuevo asoma a su percepción.
No entiende que mi existencia pende de sus hilos,
que mi cordura se atiene a su actuar.
No se imagina que daría lo que no tengo,
sólo por ahogarme en las violentas aguas de su turbulento mar.

Escalofríos me recorren mientra escribo,
mi sufrimiento es mortal.
No debo dejarlo escapar.
Si no lo plasmo ahora,
lo perderé en mi vano intento de olvidar.
Quizás ensucie su imagen. Quizás me engañe mientras repito
que no es más que una mentira y otra ilusión residual

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